Wednesday 27 February 2013

Poema de Carlos Pereira Martínez




A FRANCISCO ESCUDERO

Canteiro do románico, escudeiro
de Mateo o mestre; forte brazo
que dirixe a vontade da maceta
ao cicel delicado da beleza.

Agochas a ancestral sabedoría
na humanidade do teu riso aberto,
na cadencia vital das túas palabras,
no medieval alustro dos teus ollos.

Rexa loita do espírito e a materia,
da noite do granito e da do mármore,
-dese mar mineral-, extraes a alma
sen impurezas, núa, luminosa.
E as formas que naceron nese parto
traen as voces telúricas dos séculos.


Carlos Pereira Martínez
Inverno do 2007

Tuesday 5 February 2013

La piel de la piedra



La piel de la piedra
Frente al talento debe haber un carácter, frente al impulso una disciplina, frente a la ligereza y al ansia de producción unas inhibiciones que mantengan la balanza en equilibrio.
Hermann Hesse
Quizá las palabras que encabezan este texto, sean suficientes para describir la obra de Francisco Escudero.
A veces, demasiadas veces, nos preguntamos por el sentido de una obra de arte. La producción exacerbada y la desmesurada cantidad  de tanto arte nos llevan a la confusión, al caos y a la dificultad de descifrar su verdadero fin y significado, sumergiéndonos en el desánimo y en la incomprensión. Francisco nos da la respuesta clara en cada una de sus piezas, su discurso nos llega con nitidez y con diáfana transparencia, el planteamiento y ejecución de cada una de sus obras estimulan los sentimientos escondidos de la belleza, la sensibilidad y el equilibrio.

“La piel de la piedra” nos devuelve el tacto dormido del placer de la caricia.
Escudero esculpe y dibuja con la maestría de los clásicos para inmiscuirse en las vanguardias más incipientes de la modernidad, en silencio, sin hacer ruido, sabiendo adaptarse con sus proyectos a la visión real del arte contemporáneo. El noble material que usa para sus esculturas, piedra, mármol, bronce… engrandece y da carácter a la resolución de sus formas. El cuerpo humano es base de inspiración y representación de sus creaciones. Los escultores griegos y romanos se sentirían orgullosos de la continuidad de sus trabajos en las manos de Fran, este sería un alumno aventajado en el taller de Fidias y pasearía orgulloso por el Foro, que se extiende desde el Capitolio hasta los pies del Palatino.
Gracias artista, gracias escultor, gracias amigo por devolvernos todas esas sensaciones que emergen sobre la piel, escondidas en el alma de la piedra y en el etéreo grafismo de tus dibujos.
Xoán Guerreiro
A Coruña 2009